MORRIGANE AL DIA

Diario de actualidad y noticias relativas a Morrigane, grupo de rock celta granadino.

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miércoles, febrero 01, 2006

CENES DE LA VEGA… ¡O DE CÓMO EL PÚBLICO PUEDE SACAR DE UN GRUPO LO MEJOR DE SÍ MISMO!

El día 20 de agosto de 2005 (sábado) fuimos a tocar a Cenes de la Vega, una localidad que ya forma parte del área metropolitana de Granada. Vamos, que fue casi “ir a tocar aquí al lado de casa”. O incluso “como en casa”. La verdad es que eso nos permitió estar más descansados que otras veces… Y bien que se notó.

El concierto se celebró en la plaza “Carlos Cano” (un nombre perfecto para una actuación musical, todo hay que decirlo: parece, además, que el genial músico nos dio su apoyo desde el Cielo). Esta plaza es chiquita y muy coquetona, y en un lateral de la misma se encuentran los locales que el Ayuntamiento de Cenes tiene destinados a la Asociación de Vecinos.

Cuando llegamos, nos encontramos con un escenario puesto, un pequeño P.A. encima del mismo, y mucha tranquilidad. Ejem… Al cabo de una hora, seguía habiendo exactamente lo mismo: es decir, que salvo nuestro buen amigo y representante en Granada, Enrique Acosta, no había aparecido nadie más que nosotros. Y “nadie” también incluye a los técnicos de sonido.

Tras esperar 20 minutos más, ¡aparecieron! Al parecer, todo había sido un error de apreciación sobre la hora a la que habíamos quedado para la prueba de sonido. Todo hay que decirlo: salvo ese error y salvo que el equipo tampoco era “muy de última generación”, los técnicos funcionaron bien, y no hubo mayores problemas… sobre todo si tenemos en cuenta que, como siempre, José Carlos se hizo cargo casi completo de la sonorización.

Y sobre esto sí tendríamos que decir que una cosa es “decir cómo se quieren las cosas” —y si es necesario apoyar en la sonorización todo lo que haga falta, incluyendo apuntes como “súbeme el rango de 3500 en tal canal” o “baja un poco más la guitarra”— hasta que la cosa suene lo mejor posible; y otra cosa es que prácticamente le digan a uno: “toma y arréglatelas”. Que ya nos ha ocurrido en varias sonorizaciones. Si un grupo le dice a un técnico contratado por la organización “tenemos nuestro técnico, que va a ayudar a hacer el sonido”, eso no quiere decir que el técnico que ha sido contratado se lave las manos y no apoye igualmente en la sonorización. Entre otras cosas, porque está cobrando por ello, y porque es su equipo. Si se cobra solamente por el alquiler de escenario y equipo, cojonudo: nosotros ya pediremos a la organización el importe correspondiente al técnico de sonido. Pero si el técnico de sonido cobra por ello, no se puede desentender y decir “ahí me las den todas”. Porque a José Carlos, salvo en contadas ocasiones, siempre le toca sonorizar al grupo (él lo quiere así, porque conoce al dedillo nuestro sonido y lo que queremos) pero no cobra por ello; sino que lo hace como un apoyo… a un técnico que no puede decir: “toma, toma” y quitarse de en medio. Para eso, que cobre José Carlos.

Bueno, la cosa es que la prueba de sonido fue bien (salvo un contratiempo: no había cajas de inyección suficientes, a pesar de que aparecían indicadas en el “rider”, y tuvieron que a buscarlas), y hasta tuvimos tiempo para poder refrescarnos un poco (el cuarto de baño del camerino estaba en perfectas condiciones) y tomar unos bocatas maravillosos. Por cierto, recomendamos a cualquiera el bar de la Asociación de Vecinos de la Plaza Carlos Cano: hacen unos bocatas y unas tapillas que da gusto. Y además, con simpatía y cariño en el trato. ¡¡Gracias!! Aquí también tengo que decir: gracias de verdad a Enrique Acosta, nuestro representante en Granada, que estuvo atento a cada pequeño detalle tanto en la prueba de sonido como en el catering y camerinos. Y gracias de verdad al Ayuntamiento de Cenes de la Vega por invitarnos a tocar allí, por tener el “trabajo bien hecho”, y por tratarnos con amabilidad y cariño. Como ya he dicho muchas veces, estas cosas son las que a uno le “cargan las pilas” para salir a tocar… Y hacen que uno se sienta tratado como un ser humano, en vez de un mulo de carga.

Pero, dicho esto, lo mejor del día estaba aún por llegar.

Puedo empezar por decir que salimos al escenario y el público congregado ya nos recibió con un fuerte aplauso; y que a medida que avanzaba el concierto, los que estaban allí reunidos se hacían parte del mismo: con aplausos, con risas, con bromas respetuosas y llenas de cariño; con respuesta a los “gimmicks” del grupo que, a medida que tocábamos, nos crecíamos más y más para dar aún más sentimiento, expresión, emotividad y fuerza en el escenario.

Juan Antonio y Jesús se batían el cobre —como si de un duelo se tratase— en sus solos y melodías, sonriendo como nunca al ver la respuesta que tenían, intentando sacar aún más de su instrumento en cada tema. Rafa y Jesulito estaban incansables en sus ritmos, empujando a sus compañeros en un concierto rayano en la perfección y el virtuosismo por su parte. José Carlos cantaba como sólo se puede cantar a un público así: cantando a todos y a cada uno de los que allí se encontraban, haciéndose parte de ellos, saltando, animando (y siendo respondido) para hacer palmas y cantar y bailar… ¡y gritar cuando hizo falta! Iván se retorcía con su guitarra: se multiplicaba en cada riff, en cada solo, pasaba casi sin solución de continuidad del infierno de la distorsión al cielo de los acompañamientos dulces; y hacía coreografías improvisadas con un servidor que, sin pecar de exagerado, puede decir que jamás (ni cuando tocaba heavy-metal puro), saltó y tocó tanto como encima del escenario de Cenes. ¡Pero si incluso bailé step-dance como un poseso, con el bajo colgado encima, en el tema que le da nombre a nuestro grupo: “Morrigane”!

Todo eso sólo lo puede conseguir un público como el que aquella noche tuvimos en Cenes. Un público tan incansable en sus palmas al ritmo de nuestra música; tan respetuosamente silencioso en los momentos “sentimentales” de nuestros temas; tan decididamente entregado a aplaudir a un grupo que se está dejando la piel en escena; tan maravillosamente divertido y respondón cuando José Carlos hacía de las suyas entre tema y tema; tan cariñoso de recibirnos con un fuerte aplauso; tan bailón (¡no pararon en toda la noche!) y bullanguero cuando tocaba bailar y saltar; tan… No sé: tan perfecto para crear un ambiente inolvidable.

Y lo mejor es que allí había personas de todas las edades y condiciones. Desde la peña con pintas hiper-rockeras, hasta la pareja de abuelos que habían bajado con la nieta para ver al grupo que tocaba; desde los niños que no paraban de preguntarle cosas a José Carlos en medio de cada tema, hasta la “cuadrilla” de señores que habían visto el fútbol por televisión y se quedaron por allí (todavía con el puro en la boca) aplaudiendo como descosidos. Todos respondieron con lo mejor que tenían.

¿Cómo podíamos fallarles? ¡Era imposible!

Fue un concierto precioso… ¡por ambas partes! Al final de la actuación fueron incontables las felicitaciones de las personas que se acercaron para hablar con nosotros. Y a todos ellos lo único que podíamos hacer era felicitarles: a ellos, por habernos hecho tocar, bailar y sentirnos de aquella manera.

Además, tenemos que decir que, aún sin haberlo presentado, fue el primer sitio donde “oficialmente” pusimos a la venta nuestro flamante primer CD (aunque ya vendimos alguno en Vera, pero no eran las circunstancias más adecuadas —véase la reseña anterior, para más detalles—). ¡Y se vendió bien, allí en Cenes!

Tras la actuación, estuvimos bastante rato congregados en el camerino. Allí se nos unió nuestro buen amigo Steve, guitarrista irlandés que tocaba con Juan Antonio en Shannon Og. Y nos dijo cosas muy muy bonitas sobre nuestra música, sobre nuestro grupo, y sobre cada uno de nosotros como músicos. ¡Tanto, que no paramos de invitarle a cubatas y cubatas y cubatas hasta altas horas de la madrugada, jajajaja! Stevie, desde aquí te enviamos un fuerte abrazo y te deseamos lo mejor en tu tesis de doctorado. ¡Esperamos que te guste el disco que te llevaste, jajajaja!

También me quiero acordar con mucho cariño de tres personas más… Las dos primeras fueron dos chicas tan bonitas como simpáticas, que estuvieron hablando con Jesús y con este servidor, y que me dijeron algo que me llenó de felicidad, como un globo a punto de estallar: les había encantado por encima de todos los temas el “Brindemos”, tanto por la música como por la letra.

Y la tercera persona es cierta anestesista del Virgen de las Nieves (tanto a ella como a las dos chicas anteriores les pido perdón por no recordar en este momento sus nombres) que nos compró varios CD’s, nos dijo que éramos un grupo como pocos había visto ella (que había visto muchos, no en vano era rockera desde los tiempos de Led Zeppelin o Deep Purple, a quienes había visto en concierto), y que nuestra música conjugaba perfectamente muchos estilos y sentimientos con una maravillosa técnica. ¡Gracias por ser tan generosa con nuestra música, como tan encantadora e interesante como persona!

A todos los que allí estuvisteis, a todos los que nos apoyasteis, a todos los que quisisteis hablar con nosotros, al Ayuntamiento de Cenes, a todos: Gracias. De verdad. Desde el fondo de nuestro corazón. El mérito fue vuestro.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

ola soy dani yo estuve en ese concierto y todo lo k decis a ki se keda corto cn la sensacion k me produjisteis ya k era el primer concierto vuestro k veia y desde luego k me encanto y desde ese momento estoy enganchao a MORRIGANE

9:17 p. m.  

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